A veces me descubro y luego me tapo, no os diré si el cuerpo o el alma.
Hay festividades atípicas, como la Almudena, incompletas por locales. Ese día llueve y yo salgo a mojarme y lo siento como algo maravilloso.
Hay días en que el sol que entra por la ventana compite con la lámpara que ilumina mis letras.
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