Llevar dos paraguas bajo la lluvia es como dormir en camas separadas.
La puerta abierta dice perros sueltos. La imbecilidad enmarcada.
Y qué decir de aquello que no entendemos. Y qué esperar salvo nada más que eso. Sabido es que no hay ningún orden ni control, que anarquía y azar se juntan tanto en los cielos como en nuestra única tierra, que infinitas veces nos llueve cada día algo de la vida.
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