Un viaje que empieza en octubre de 1786 y que acaba año y medio
después. Tenía por entonces 37 años el autor alemán. Delicioso a veces. Descripciones
de tierras de Italia y costumbres. Buscando sensaciones y para conocerse mejor.
Llega a decir que le gustaría consagrar el resto de su vida a la observación. Amante
del arte, busca obras, se pone a pintar y a dibujar. Tischbein le retrata en la
campiña romana. De sus últimos días de viaje queda esta frase de cuando se
dedica a plasmar el cuerpo humano:
“es agradable progresar también en lo que es infinito”.
Viaje a Italia. Johann W. Goethe. 2001
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