Nuevo
día, empieza Septiembre, sol y frío a esta hora, ocho de la mañana. Dormí poco.
No me acostumbro a la soledad continuada. Cambio de transporte. De pie a
autobús. Red que teje una provincia. Palencia y sus pueblos al alcance de
todos. De Villarramiel a la capital media hora de trayecto y dos euros con
cuarenta. No puedo por menos que escuchar la conversación de dos señoras. Emigrantes
en Euskadi. Allí quedan hijos, nietos y toda una vida. Paisajes planos desde la
ventana del bus. Amarillos y verdes. Paradas en pueblos, casas a medio caer,
cerradas, abandonadas a su suerte. Girasoles aislados, alguien se olvidó de
ellos. Palomar derruido. Sueño no dormido. Ciudad, ellas siguen hablando,
incansables. 12 grados nos reciben. Paseo por la ciudad, recuerdo de otras
visitas. Son fiestas, no se nota nada especial excepto que alguien sujeta un
cargamento de globos. Dársenas de sobra en la estación, parecen ser muchas. Pasear
a paso lento el perro siguiendo los designios del can que busca no sé qué en la
hierba. Hay perros que no parecen disfrutar viéndose. Será porque uno de ellos
parece muy viejo o es que se comportan como nosotros, ajenos al mundo en su
mayoría. En la estación de tren hay mampara que sólo deja ver la mitad superior
del tren. Sólo si eres viajero podrás ver las ruedas. Los niños no sabrán lo
que es un tren completo. Arriba de Madrid. Baja un mago, dan ganas de decirle
que la haga desaparecer. Una estación de autobuses es algo triste, pincho de
tortilla en bar para matar más el tiempo que el hambre. 21 km de Palencia a
Paredes de Nava, 1,85 euros. Y de ahí en coche a Medina de Ríoseco. Paisajes de ayer. Tráfico
en la nacional a Valladolid, bullicio. La rúa, cuesta abajo, lugar de vida
social, tiendas, restaurantes, bares. Luego cuesta arriba. La recorro varias
veces. Como en el bar Crisol, menú económico, casero. Suena la tele que no veo.
A medida que baja la calle, más abandono en locales y casas. Algunas para
derribar. El río Sequillo hace honor a su nombre. Hay un monumento a la batalla
de Moclín, guerra de la Independencia. Julio de 1808. Tocan a muerto en la
tarde y alguien pregunta de quién se trata. Más paseos, ya acompañado por una recién
llegada, colegiala. Cenamos en Casa Manolo, muy bien. Brisa del final del
verano. A dormir en el hotel Vittoria Colonna.
Macarrones con salsa de pistacho
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Cocer la pasta durante 10 minutos y mientras tanto preparar la salsa de la
siguiente manera: Pochar un calabacín mediano cortado en trozos con piel.
Pelar ...
Hace 6 meses
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