Fecha futurista como título. Cinco obras en una. El autor dijo que se
publicaran de forma independiente. Se estaba muriendo. Los editores no
siguieron el consejo e hicieron una publicación conjunta. Volumen de más de mil
páginas, inacabado. No quiero pensar la dimensión que podría haber tenido. Y mejor
no pensar en lo que podría haber hecho Bolaño de no haber fallecido
prematuramente. Contador de historias, infatigable, enlaza aquí y allá. Una
primera parte más plana, de emociones contenidas. Una segunda que comienza de
forma vibrante, con historias que parecen quedar inconclusas, y que cada una de
ellas podría dar lugar a una novela. Encadenar historias, sin más objetivo que
contar y contar. Se busca a un escritor. Tercera parte con periodista como
protagonista. La cuarta presenta los
feminicidios de México. Tremendamente dura, fría. Policías, agentes, muertas,
asesinos desconocidos. Parece una crónica periodística, de lectura mañanera,
los sucesos de ayer. Descripciones de vidas que han sido cortas, nada se
resuelve. Llegamos a la quinta, encontramos al escritor, la forma encandila. Todo
tiene relación. Un placer para el lector, sin deseos de terminar, hasta que lo
acabo de golpe. Otro imprescindible. Esto es otra cosa, alejada de los
thrillers al uso, puede haber muertos y detectives, pero los caminos de la
palabra difieren, tanto como la noche y el día. Bolaño y las cumbres
literarias.
“el lujo de pensar y no salir huyendo”
2666. Roberto Bolaño. 2004
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