Seis de Diciembre, la constitución cumple 35 años, se reúnen los de
siempre, habrán puesto su mejor cara, las malas noticias pueden esperar. La pérdida
de confianza y el hastío de los de este lado no parece hacer mella en su
inquebrantable lealtad a la patria. Hipocresía y falsedad sobrevuelan la falta
de ideas y de honradez, y la poca dignidad de algunos que se resisten a
alejarse de los focos. Les ciega el poder. Muere Mandela, tampoco le faltarán
detractores. Parece que crea consenso de respeto. Aureola de grande. Su país
sigue anclado en la desigualdad. Hace frío en Madrid, de mañana de sol de
invierno. Caminamos todavía entre no mucha gente hacia el Palacio Real. Hay cola
para acceder. Vemos la exposición “De El Bosco a Tiziano”. Pocas obras de
pintura en una muestra que deja un poco frío. Los personajes caricaturescos de
El Bosco destacan. Caras de otro mundo, exageradas y apartadas del realismo,
acompañan al Cristo coronado de espinas. A la salida la cola alcanza ya dimensiones
importantes. Volvemos al centro y paramos en Casa Revuelta, tajada de bacalao
rebozado, bien hecha. Compite y gana a Casa Labra. Tentempié para seguir hasta
los Gatos, en la calle de Jesús. Establecimiento recargado en su decoración exagerada,
con temas taurinos y religiosos, todo mezclado con cachivaches y objetos
viejos. La barra se llena de pinchos y todavía no es agobiante y se puede
estar. En la misma calle está la iglesia del Cristo de Medinaceli, la cola
abarca casi una manzana, aguardarán tiempo para subir al camarín del Cristo. Bajamos
al CaixaForum. También espera, breve. No pagan los clientes de la Caixa. Para el
resto precio excesivo. La obra social hace aguas. Quizás se gastaron el dinero
en el edificio, moderno, y en los baños, de verde que daña la vista. Exposición
de Japonismo, o la fascinación por el arte japonés. Bonito cuadro de Alfred
Stevens, La parisina japonesa delante del espejo, de 1872. El que parece el
objeto mas preciado de la exposición, reflejado en el anuncio, resulta ser una
fotografía, de tamaño pequeño, más que el folleto. Chica bajo fuerte tormenta. Una
pena, la imagen es preciosa y merecería haber sido un gran lienzo. El centro de
Madrid se va inundado de gente en busca de asiento para comer. Lo conseguimos
en La Cristiana, pequeño local. Comemos sobre tronco de roble de 43 años. Las albóndigas
aromatizadas con especias se dejan comer y bien. Las croquetas, grandes pero
faltas de sabor. Las esperas se suceden en los locales de la zona y el museo
del jamón exhibe gran cola para acceder al comedor. Es el día de la espera. Seguimos
caminando de aquí para allá y hacemos reposo en Lolina, Malasaña, la tarta de
zanahoria es excelente y abundante. Las calles se van masificando y el último
acto por Preciados y Sol se convierte en un mar de cabezas y de pies que no
andan. La estación parece un escenario de extras huyendo de algo. Hasta el frío
ha desaparecido. Nosotros también huimos y hacemos escala en la Autónoma donde regresa
el frescor de la noche, ya oscura.
Macarrones con salsa de pistacho
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Cocer la pasta durante 10 minutos y mientras tanto preparar la salsa de la
siguiente manera: Pochar un calabacín mediano cortado en trozos con piel.
Pelar ...
Hace 5 meses
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