miércoles, 25 de junio de 2008

verano

Aquí no hay pista de baile, no hay noche forzada, no hay grandes altavoces, aquí la pista es una inmensa carretera en un inmenso país. Aquí hay luz, días, noches, faros. Aquí hay ventanillas abiertas, aire golpeando el rostro. Aquí hay coche, radio, publicidad y música. Dos personas, un coche, dos manos enlazadas, volante que pierde una. Aquí hay tiempo, tranquilidad, espacio por recorrer, atardeceres brillantes. Canción nunca oída hasta ese momento, que aparece por sorpresa, a él le gusta y a ella también. El coche se convierte en espacio de sueños. La buscan, la encuentran, la compran, la oyen, la sienten, pero nunca suena igual, nunca sonará igual que aquel infinito y cálido verano de viajes en coche blanco.

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