sábado, 6 de junio de 2020

anormales


Igual que hay cine sin música y sin maquillaje también existe la vida sin tal. La podemos ver cuando caminamos las calles de Madrid, ver a gente que sigue viendo la vida pasar, de espaldas a la pared, con sus cosas a su lado, eso es todo. No hacen ruido, para eso están los pájaros, llámale canto. Lluvia después, se escondieron las personas, todas menos ellas, sólo pueden refugiarse, apenas. Luego dormir, o mal dormir. Es como si empezara el verano, tonos amarillos. Y banderas en las ventanas. Gestos inútiles, no sé si quieren definir el patriotismo.
Y ella, acurrucada, duerme, hay tantas siestas en un día. 
Reconozcamos que somos un poco anormales, por lo que hacemos y por lo que dejamos de hacer. Por eso no será fácil llegar a la normalidad, esté donde esté.

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