martes, 6 de enero de 2009

infierno

Ni pintado viene el libro de Javier Nart, Sálvese quien pueda. Ni pintado para decir cuatro palabras sobre el sempiterno conflicto palestino-israelí. Para el pasado quedan conferencias de paz, grandes sueños y palabras huecas. Como dice el autor en su libro, fruto de su experiencia como corresponsal y fotógrafo de guerra en múltiples guerras, si algo no se entiende es el papel que juegan los niños en todo esto, niños cuyo único pecado ha sido el “de encontrarse en un infierno creado por los adultos”. De ese infierno se sale quemado, herido o muerto, atrapado en un mundo de adultos incapaces de establecer modelos no basados en la violencia o el odio. Las fotos son las de siempre, miradas perdidas en ojos abiertos u ojos cerrados en pequeñas cabezas que culminan cuerpos ensangrentados o ya limpios, mostrando orificios por los que se ha colado el infierno.
Si de algo sirve leer este tipo de libros es para no desear el mal en forma de guerra ni a tu peor enemigo.

Javier Nart. ¡Sálvese quien pueda! Mis historias e histerias de guerra. 2004

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